viernes, 23 de noviembre de 2012

HACIA UNA HUELGA GENERAL ANTICAPITALISTA


La Huelga General llegará por la voluntad de los capitalistas y del gobierno del PP de no ceder ni un ápice del terreno conquistado contra los trabajadores y de continuar aplicando sus recetas de caballo anticrisis contra los sectores más castigados por sus políticas antisociales (parados, pensionistas, asalariados precarios, familias con rentas bajas, dependientes y familiares de dependientes,...) en forma de recortes sociales, reforma laboral y un larguísimo etcétera que conforma la totalidad de la política del actual gobierno.

Pero no podemos ir hacia una Huelga General más como las lanzadas por CCOO y UGT en 2010 y 2012; huelgas generales sin continuidad en las luchas posteriores y pensadas para recuperar la interlocución perdida ante los gobiernos y la CEOE y que dilapidaron la acumulación de fuerzas realizada en los procesos hacia su consecución.

La patronal y los sucesivos gobiernos de la crisis ya no tienen  nada que ofrecer a un modelo sindical de concertación ya muerto, al que no necesitan, cuando lo que encuentran frente a la brutalidad de sus medidas antisociales es una resistencia pasiva, casi siempre tardía, remolona y mínima.

Para INICIATIVA DE CLASE la próxima Huelga General debe ser preparada con planteamientos totalmente diferentes a los anteriores.

Es necesario preparar esa Huelga General de modo que todas las luchas parciales y sectoriales vayan convergiendo en ella y que su generalización y extensión geográfica actúe como impulso que le dote de fuerza posterior.

Por otro lado, su momento culminante no puede ser un punto y aparte hasta la próxima Huelga General. Al día siguiente de la misma, las posteriores luchas, movilizaciones y huelgas parciales deben actuar como ráfagas que golpeen al Gobierno del PP en oleadas sucesivas que, sin desgastarse, sean capaces de hacer ingobernable e insoportable la situación para los representantes políticos del gran capital. Es necesaria una movilización sostenida en el tiempo contra el capital y su gobierno, capaz de mantener e incrementar el proceso de acumulación de fuerzas de los trabajadores en la lucha. Hablamos por tanto de una Huelga General y de un proceso previo y posterior con carácter político.

Pero ese carácter político no puede agotarse en la consigna de “fuera el Gobierno del PP”. Sería un grave error creer que bastaría con sacar a Rajoy de la Moncloa para que todo cambie al día siguiente. El papel de los social-liberales en los pasados Gobiernos griego,  español o portugués muestran que no basta con una alternancia en el Gobierno.

Sin una lucha de los trabajadores, tanto en el marco europeo como en el nacional, radicalmente confrontada a los dictados de La Troika y los intereses de las grandes corporaciones patronales europeas y, específicamente del capital alemán, que avance hacia la EuroHuelga, sirven de poco los cambios de Gobierno. Es necesario cambiar la correlación de fuerzas en la calle entre trabajadores y capitalistas

Esa lucha debe empezar a levantar ya la estrategia de derribo del capitalismo y de apuesta por un horizonte socialista que oriente los conflictos porque el capitalismo ya no tiene nada que ofrecer a los trabajadores. Es necesario impregnar las movilizaciones y sus proclamas de contenido anticapitalista que marque la dirección de nuestras reivindicaciones como clase.


TODOS A APOYAR A LOS TRABAJADORES DEL TRANSPORTE URBANO EN HUELGA


El pasado día 17 de septiembre los trabajadores del Metro de Madrid llevaron a cabo una exitosa jornada de huelga, que tuvo su continuación el día 21, sumándose a esta última los trabajadores de la EMT. La participación fue del 95-98% en Metro y del 100% en EMT. Hay convocadas nuevas jornadas de huelga los días 28 de septiembre y 1 de octubre. Se movilizan para enfrentarse a las continuas agresiones al derecho de negociación colectiva, las rebajas salariales, el aumento de las tarifas y en defensa del sistema de transporte público.

Desde INICIATIVA DE CLASE, llamamos a todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales de la izquierda y al conjunto de obreros y trabajadores madrileños a apoyar de forma activa a este colectivo que desde hace ya muchos años viene demostrando su combatividad y su espíritu de defensa de los derechos de los trabajadores, tanto los suyos propios en su ámbito laboral, como los del conjunto de la clase, en defensa del transporte público y contra la privatización. Hay que recordar las movilizaciones de los trabajadores de RENFE, que tienen este mismo carácter, y llamar a la solidaridad con ellos y con todos los trabajadores del administraciones públicas en lucha.

Así mismo, llamamos a los sectores progresistas de las clases medias a que muestren su apoyo a esta justa lucha en defensa de lo público y contra las agresiones del gran capital,. En ello reside también el interés de estas capas sociales. La clase obrera y otros sectores de trabajadores asalariados es la que está necesariamente en la primera línea de lucha en defensa contra las agresiones del gran capital. Este hecho debe ser reconocido, y no negado, huyendo hacia engañosos planteamientos ciudadanistas que parten de cerrar los ojos a los hechos básicos de nuestra realidad social, si se quiere ser efectivo en la defensa de los derechos de las clases populares.

El capitalismo, hundiéndose en su propia ineficiencia económica, no encuentra otra manera de obtener rentabilidad para sus inversiones más que a costa de reducir el salario de los trabajadores, así como el disminuir el gasto en servicios sociales para redirigir ese dinero, que pertenece a los medios de vida de los trabajadores, que es la propia vida de los trabajadores, hacia el beneficio capitalista. Los trabajadores no tenemos por qué pagar con nuestra propia vida y la de nuestras familias, la ineficiencia y el parasitismo del capitalismo, puesto que nosotros tenemos otra alternativa a esta sociedad basada en el parasitismo social y económico de la innecesaria clase capitalista.

El capitalismo, a través de las privatizaciones, trata de traspasar servicios públicos a empresas privadas para ser explotadas y gestionadas por capitalistas que obtendrían beneficios a costa del recorte de derechos laborales de sus empleados y del encarecimiento y deterioro de los servicios prestados a los usuarios, y así obligar a la sociedad a que les proporcione salidas rentables a sus inversiones. Quien no pueda pagar, se quedará sin dichos servicios; quien no pueda pagar lo suficiente, tendrá servicios de ínfima calidad. Sólo los ricos tendrán buenos servicios (de transporte, en salud, educación, etc.). Esa es la lógica del capitalismo, la lógica liberal que nos tratan de hacer pasar por buena: si no tienes dinero, no tienes derechos. Si los capitalistas no encuentran suficientes salidas rentables para invertir las enormes masas de capital que han acumulado en sus pocas manos, no es ni asunto nuestro, ni problema nuestro. Lo que sí es lo nuestro, es la defensa de nuestros medios de vida, y de los servicios públicos que los proporcionan (transporte, educación, salud...).

El apoyo a la lucha de este colectivo, y de cualquier colectivo de la clase obrera, no es sólo una cuestión de solidaridad de clase, sino una cuestión de defensa de los intereses de toda la clase o brera y del conjunto de todos los trabajadores, así como de otras capas sociales.

DOCUMENTO FUNDACIONAL Y MANIFIESTO DE “INICIATIVA DE CLASE”

Nacemos como grupo en respuesta al protagonismo de la figura del ciudadano indignado que se extiende en los últimos tiempos hasta darse la mano con el ciudadanismo reformista sindical y en respuesta al alejamiento por parte de las organizaciones sindicales y los partidos de izquierdas de la centralidad de la clase obrera en las luchas.

Nuestra propuesta, “ INICIATIVA DE CLASE”,  pretende agrupar a todos los que apuestan por una defensa del carácter de clase en las luchas de los trabajadores, así como por la necesidad de agudizar la lucha de clases en estos momentos de la crisis en los que el sistema sacrifica a la clase trabajadora en beneficio de la oligarquía capitalista.

1.-DOCUMENTO FUNDACIONAL DE “INICIATIVA DE CLASE”
Voces airadas claman contra todo y contra todos. Todos a la calle. Obrero junto a patrón, republicanos junto a policías, sin banderas, sin siglas, sin ideologías, pero todos a por un único objetivo: linchar al político, controlar al banquero. Los problemas son de los gestores del capitalismo, dicen. Quitando de en medio a esos gestores, el capitalismo sería de color de rosas.

Características de estos movimientos, pues. Primero, apelan al cabreo de la población, a la indignación, al sentimiento y a la emoción, adormeciendo con ello la razón, negando el análisis racional para conocer con objetividad qué es lo que ocurre con la excusa de que las ideologías dividen. Claman contra las ideas -porque las ideologías no son mas que sistemas de ideas- claman contra la razón, y aunque eso no es, paradójicamente, sino otra ideología: la del irracionalismo. Segundo, no buscan las causas del problema para pasar a solucionarlo, sino que ofrecen cabezas de turco a la población para que descargue su ira. Tercero, con la excusa de la unidad por encima de siglas y de ideologías, del consenso desde abajo, niegan la voz a toda crítica, imponen sus postulados ciudadanistas subrepticiamente, de la forma más antidemocrática posible. No es que no haya dirigentes en el ciudadanismo, lo que no hacen es dar la cara, ni rendir cuentas, ni afrontar la crítica. (¿Quién convoca tal acto? Nadie lo sabe: un grupo de ciudadanos indignados anónimamente en las redes sociales. Nadie da la cara.) Cuarto, llaman a una falsa unidad por encima de las clases, sin tener en cuenta que los intereses del obrero no pueden ser los mismos que los del patrón que le baja el salario y que clama por endurecer aún más la reforma laboral, cerrando los ojos al hecho de que los intereses del trabajador jubilado no pueden ser los mismos que los empresarios que claman para que se reduzca el gasto en pensiones para financiar con ese dinero los rescates bancarios; que el trabajador enfermo no puede querer lo mismo que los empresarios, grandes y pequeños, que quieren privatizar la sanidad para hacer un buen negocio a su costa y, si no puede pagar, que se muera. Por eso dicha unidad es falsa, por eso lo del 99% es una falacia, por eso esa unidad no puede ir más allá de la demagogia populista y del cargar contra cabezas de turco para que la verdadera causa del problema quede a salvo sin resolver. Es una unidad que obliga al obrero a callar en tanto que obrero y sólo le deja expresarse en tanto que ciudadano, es decir: en tanto que miembro de la sociedad burguesa, en tanto que acepta sus preceptos y renuncia a su propia clase, o sea: sólo le deja expresarse en tanto que burgués.

No es la primera vez en la historia europea en que se ve esta demagogia populista. Ya en los años veinte y treinta se oyeron las mismas siniestras melodías. Ya José Antonio clamó entonces por “el movimiento que no es partido, sino movimiento por encima de las artificiales divisiones en izquierdas y derechas”. Ya Hitler clamaba contra la tiranía de la “plutocracia” y se definía como “anticapitalista” por ello. Ya Mussolini cargaba contra la corrupta democracia burguesa. Que las diferencias de forma, debidas a la evolución de la sociedad, no nos impidan ver la igualdad en la esencia entre lo ocurrido entonces y lo que ocurre ahora. La base de su discurso, la demagogia populista interclasista, es la misma. Cargan, apelando a la emoción, al cabreo, contra las mismas cabezas de turco. En efecto, esa demagogia populista y los movimientos interclasistas que le daban cuerpo constituyeron la base social sobre la que se alzaron las dictaduras fascistas. Esas dictaduras no aparecieron de la noche a la mañana, sino que primero “mitineaban” para constituir una base social que sustentara su establecimiento, y fue un proceso del todo análogo al del actual ciudadanismo. El ciudadanismo está sembrando fascismo.

El mal del capitalismo no son sus gestores. Es el capitalismo. Los gobiernos están al servicio del capital, pero no de ahora, sino desde que existe el capitalismo. Si se carga contra la democracia burguesa dentro del capitalismo, se está imponiendo su única alternativa posible dentro del capitalismo: la dictadura fascista. Y de lo que se trata es de tener una verdadera democracia, no una dictadura. Por eso la única salida es luchar contra el capitalismo. No hay que controlar los bancos, sino socializarlos. No hay que controlar las grandes empresas capitalistas, sino que pasen a ser propiedad social para que así trabajen a favor de toda la sociedad, no a favor de sus accionistas y directivos. Para que no corrompan la democracia, hay que acabar con los corruptores, no simplemente metiéndoles en la cárcel, porque mañana aparecerán otros y la corrupción en todas sus formas seguirá ahí, sino acabando con el capitalismo que da razón de ser, que da sentido, y que hace inevitable que haya corruptores y corruptos. No hay que regular más o menos la explotación del trabajador por el patrón. Hay que acabar con dicha explotación. Es corromper la ley el que ésta ampare la explotación, regulándola en la cantidad que sea. Así, es imposible que haya democracia. La ley ha de perseguir la explotación, no ampararla con la excusa de regularla. Por eso hay que acabar con el capitalismo.

Y obviamente sólo los explotados, sólo la clase obrera y el resto de trabajadores, pueden tener interés en llevar esto a cabo. Y los capitalistas, los explotadores, los que van a ser expropiados por el bien común, se opondrán tajantemente a ello. Por eso no tiene sentido unirse con los empresarios, ni con los burguesitos que aspiran a un buen empleo de directivo o de encargado o de capataz al servicio del capital para ayudarle a explotar a los obreros, ni con los policías cuya función es la de proteger el orden social establecido; es decir, la explotación. Y como no tiene sentido, como esa falsa unidad implica que la clase obrera renuncie explícitamente a su interés, por eso los capitalistas -basta ver su prensa ensalzando al 15M- promueven esa unidad interclasista y tratan de evitar que la clase obrera se una como tal en vez de diluirse en la burguesía, y así impedir que se constituya en un organismo autónomo de la sociedad, que actúe para sí misma.

Sólo la unión de la clase obrera, unión en torno al objetivo de romper con el capitalismo por ser la causa de los males sociales e instaurar el socialismo, es una verdadera salida. Sólo superando el capitalismo la democracia puede dejar de ser un instrumento al servicio de los capitalistas. Sólo con el socialismo puede haber verdadera democracia. Arremeter contra la democracia burguesa queriendo conservar el capitalismo es el camino hacia la dictadura, es salvar el capitalismo a costa de la democracia, es salvar a los capitalistas a costa del trabajador hasta sus últimas consecuencias, es el obrero ofreciéndose en sacrificio a la mayor gloria del capital. Eso es el ciudadanismo. Eso es renunciar a la lucha por el socialismo.

Luchar por la unidad de la clase obrera, porque la clase obrera se movilice por sus propios intereses. Ofrecer, en tanto que tal clase obrera, esta salida: la superación del capitalismo, al resto de clases progresistas de la sociedad. Y aplastar la demagogia populista del ciudadanismo, que está preparando el terreno a la dictadura en todas sus formas, ya sean frentes cívicos interclasistas, movimientos de clases medias a lo 15M o maniobras de las cúpulas sindicales para diluir a la clase obrera en dicho ciudadanismo. Este es el camino. Lo andaremos sin vacilaciones


2.-MANIFIESTO DE “INICIATIVA DE CLASE”
En este mes de Septiembre se cumple el quinto año de una crisis capitalista que se abate desde entonces sobre los trabajadores y sus vidas y que se prolongará muchos más.

En este tiempo hemos visto los más infames modos de frenar la lucha de clases y de impedir a la clase trabajadora situarse en el centro del combate contra el capital.

En lo sindical, los reformistas –CCOO y UGT-,han  lanzando a regañadientes Huelgas Generales que sus dirigentes no querían lleva a cabo. A la Huelga General del 29-S de 2010 –durante el gobierno PSOE- sólo se llegó por el temor de perder toda influencia entre los trabajadores. No tuvo continuidad en luchas posteriores. La del 29-M de 2011 la tuvo no por voluntad de las cúpulas sindicales sino por las continuas agresiones del gobierno natural del capital, el PP, contra funcionarios, enseñantes, sanitarios y trabajadores ocupados de la empresa privada, parados y pensionistas.

En lo social, los movimientos “indignados”, nacidos según el diseño de las “revoluciones de colores” surgidas tras la revolución naranja de Ucrania, han sido un intento de desviar las protestas contra las consecuencias de la crisis capitalista sobre los trabajadores hacia un callejón sin salida que no cuestione el sistema económico de depredación. Su planteamiento ciudadanista, interclasista, de progresismo vacuo, no exento de influencias populistas y ultraderechistas, es la negación del protagonismo de la clase trabajadora en las protestas sociales, la negación de la lucha de clases y la simplificación de un anticapitalismo de opereta sólo centrado en los bancos y el capital financiero. Para ellos, la empresa con sus relaciones sociales de producción y explotación es un asunto baladí, menos que secundario. Poco les importa que los principales golpes “legales” se hayan centrado en las relaciones laborales, salariales, en los despidos y en las pensiones y que los principales sacrificados por los recortes sean los trabajadores. Lógico al predominar en este movimiento las clases medias que sólo buscan volver a un Estado del Bienestar ya muerto para siempre.

Hoy el reformismo sindical ha confluido finalmente con los falsos “indignados”. Promueve, con las pseudoizquierdas, protestas y huelgas generales convocadas en clave de “ciudadanía” en lugar de clase trabajadora (CCOO y UGT podrían cambiar sus nombres por las de Comisiones Ciudadanas y Unión General de Ciudadanos) y renuncia a dirigir las protestas, camuflando sus banderas y su presencia dentro de ese fenómeno amorfo llamado “las mareas”, donde la identidad política, sindical e ideológica propia de las organizaciones de trabajadores ha desaparecido.

Es necesario desenmascarar y denunciar el montaje negador de la clase trabajadora y reorientar las movilizaciones hacia la lucha de clases para acabar con el capitalismo y poner en marcha un proyecto de revolución social con un horizonte de socialismo y no de falsas revoluciones a la islandesa.

Llamamos a la clase trabajadora a no dejarse arrebatar su protagonismo en las luchas y a defender su identidad de clase, como han hecho magníficamente los mineros hasta que las cúpulas reformistas de CCOO y UGT les traicionaron. 

NO SOMOS CIUDADANOS. NO SOMOS CLASE MEDIA. SOMOS
TRABAJADORES Y VENIMOS POR LO NUESTRO: LA LUCHA DE CLASES

Madrid, Septiembre de 2012