viernes, 25 de enero de 2013

CONTRA LOS DESPIDOS EN EL SECTOR BANCARIO


LOS TRABAJADORES DE BANCA SE MOVILIZAN CONTRA ALGO MÁS QUE LOS DESPIDOS EN EL SECTOR
Los sindicatos del sector de banca han puesto cifras de pérdidas a los puestos de trabajo. A los miles de despidos que se han venido sucediendo en los últimos años en los que se han realizado fusiones de entidades financieras y, por tanto, cierre de miles de sucursales, hay que añadir los miles de nuevos despidos que la patronal AEB quiere aplicar en el “nuevo proceso de saneamiento” y que alcanzarían la cifra total de 40.000 empleos perdidos por las continuas fusiones y las mal llamadas nacionalizaciones. 

La TROIKA ha diseñado un plan que acompañará al rescate financiero. Este plan, ejecutado por el Gobierno del PP, pasa por echar a la callen a miles de trabajadores, utilizando un método pernicioso que va a incidir no sólo en los despidos sino también en la deuda pública, en las prestaciones de desempleo  y en la  sostenibilidad de la Seguridad Social.

DISEÑO DE UN PROCESO
La Banca es el sector  del capitalismo que más ventajas está sacando de su propia crisis. Hay quién dice que esta crisis se podía haber evitado. Decir esto equivale a decir que “con otro tipo de políticas llevadas a cabo no habría crisis” y llegado a este punto esta afirmación llevaría implícito que el capitalismo puede encontrar soluciones a las crisis que históricamente y cíclicamente le sacude, y sobre todo una salida a los problemas que su propio sistema le plantea. Por tanto nosotros no vamos a hacer responsables a los gestores de la banca de la crisis del capital. Quedarse sólo en juzgar a los dirigentes de la banca y meterlos en la cárcel – que también hay que hacerlo - es dar pábulo a la teoría antes mencionada sobre la aplicación de otras políticas. 

Con la crisis actual, una gran parte del capitalismo se ha refugiado en el sector financiero. Desde este sector sigue aplicando, aún con más fuerza, políticas contra la clase trabajadora con dos fines; uno continuar con su explotación histórica y acumular más capital y dos someter a los trabajadores a condiciones de esclavitud con condiciones salariales y laborales que escenifiquen el que más vale tener un “trabajo”, sea en las condiciones que sea, que no tenerlo.

Para conseguir estos planes el capitalismo tiene la necesidad de derrotar a los trabajadores. Por este motivo, además de atacar a sus condiciones de vida lleva en su agenda también la destrucción de sus organizaciones con el único fin de que el trabajador no pueda organizarse y de esa manera hacer viables sus políticas.

EL SECTOR FINANCIERO MARCA EL CAMINO DE A SEGUIR AL RESTO DE LOS SECTORES DEL CAPITALISMO.
Decíamos al principio que además de los despidos de trabajadores, el sector financiero va hacer que la Deuda Pública aumente, además de incidir directamente en las prestaciones desempleo y en la sostenibilidad de la Seguridad Social.

Veamos en qué condiciones y con qué modelos la banca va a efectuar su llamado “saneamiento”.

La TROIKA ha impuesto un rescate al sistema financiero. Ese rescate, como todos sabemos, se va a convertir en  Deuda Pública. Por tanto, este primer punto del saneamiento de la Banca lo vamos a pagar todos con nuestros impuestos.

Además del rescate, el sector financiero impone que las entidades en peligro de desaparecer sean nacionalizadas. Pero esta nacionalización está lejos  de lo que los trabajadores pretendemos al pedir la NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA. El único fin de la mal llamada nacionalización de las entidades bancarias que se pretende llevar a cabo, no es sino realizar un saneamiento de dichas entidades con dinero público para después regalárselas de nuevo al sector financiero por el estratosférico precio de ¡¡UN EURO!!

El plan del sector continúa con el despido de miles de trabajadores. En el 90% de estos despidos se van a llevar a cabo mediante el fraudulento proceso de EREs. Es decir, vamos a pagar los despidos el resto de los trabajadores. Evidentemente los EREs van a significar un  gran desembolso de dinero público por la antigüedad y los derechos adquiridos de la gran mayoría de los trabajadores y un aumento muy notable en las prestaciones de desempleo. Una vez llegado a este punto el Gobierno – que previamente va autorizar estos EREs – tendrá los argumentos necesarios para pegarle otro tajo más a las prestaciones por desempleo basándose en la falta de recursos para poder hacerse cargo de las mismas.

El plan no acaba aquí. Continúa y finaliza “temporalmente” con la contratación  de trabajadores que sustituyan a los despedidos. Las nuevas contrataciones vienen acompañadas de salarios muchos más bajos, menor cotización a la Seguridad Social por parte de las entidades financieras y menos derechos para los nuevos trabajadores, lo que significa menos cantidad a cotizar por la parte empresarial a la Seguridad Social. Estamos hablando de más de un 58% en el descenso de las cotizaciones por parte del sector financiero. Evidentemente el negocio para la banca es inmejorable a la vez que se deteriora enormemente la Tesorería de la Seguridad Social.

DEBEMOS UNIFICAR LAS LUCHAS PARA ACABAR CON LOS CONTINUOS ATAQUES A LOS TRABAJADORES.
Este panorama es el que está sobre la mesa con los despidos de los trabajadores de banca. Vamos a dejarnos ya del discurso de los ataques de los mercados, vamos a dejarnos ya de banca ética, vamos a dejarnos de que los activos tóxicos son los culpables de la crisis, vamos a dejarnos ya de desviar la atención y vamos a poner el dedo en la yaga. Contra estos planes tenemos que luchar desde todos los sectores. En primer lugar le corresponden a los sindicatos no entrar en el terreno que propone el capital financiero. Las organizaciones sindicales no pueden aceptar como bueno negociar el número de despidos que pretenden llevar a cabo los banqueros. No vale con decir: en lugar de “diez” hemos conseguido que sean “cinco” los despidos. No vale decir que la “mayoría de los trabajadores son despedidos con mejores condiciones que las que impone la reforma laboral”. Ha llegado la hora de frenar los planes de miseria que el capitalismo quiere imponer para seguir existiendo. No basta con paros parciales, ni huelgas en bancos “nacionalizados”. Las organizaciones sindicales de clase deben unificar la lucha de los trabajadores de todos los sectores. Si no actuamos de esta manera podemos llegar a una situación de desmembramiento total de la unidad de los trabajadores contra la política que hoy marca el capitalismo. El sector financiero marca el paso al resto de los sectores del capital y les está diciendo como deben actuar.  Los ataques a los trabajadores van a continuar. Dar una respuesta desde el punto de defensa de la clase trabajadora está en las manos de los que se reclaman de la clase trabajadora. 

iniciativadeclase2@gmail.com (correo central)
iniciativadeclase2.andalucia@gmail.com (correo en Andalucía)

martes, 15 de enero de 2013

"EL ORDEN REINA EN BERLÍN". 94 ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE ROSA LUXEMBURGO Y KARL LIEBKNECHT


Rosa Luxemburg

 (14 de enero de 1919)

Escrito por Rosa Luxemburgo el 14 de enero de 1919, ya prisionera, en la noche antes de ser asesinada por los soldados de la Caballería de la Guardia del Gobierno del SPD.

Incluso en las peores condiciones que cabe imaginarse a un ser humano, Rosa tuvo la entereza de redactar este escrito en el que cabe encontrarse una reflexión de suma importancia para las luchas de la clase trabajadora, entonces, hoy y siempre: la necesidad de lograr la iniciativa de la misma en la lucha de clases y revolucionaria y la exigencia de una dirección política correcta para su éxito. 

El orden reina en Berlín

"El orden reina en Varsovia", anunció el ministro Sebastiani a la Cámara de París en 1831 cuando, después de haber lanzado su terrible asalto sobre el barrio de Praga, la soldadesca de Paskievitch había entrado en la capital polaca para dar comienzo a su trabajo de verdugos contra los insurgentes.

"¡El orden reina en Berlín!", proclama triunfante la prensa burguesa, proclaman Ebert y Noske, proclaman los oficiales de las "tropas victoriosas” a las que la chusma pequeñoburguesa de Berlín acoge en las calles agitando sus pañuelos y lanzando sus ¡hurras! La gloria y el honor de las armas alemanas se han salvado ante la historia mundial. Los lamentables vencidos de Flandes y de las Ardenas han restablecido su renombre con una brillante victoria sobre...los 300 "espartaquistas" del Vorwärts. Las gestas del primer y glorioso avance de las tropas alemanas sobre Bélgica, las gestas del general von Emmich, el vencedor de Lieja, palidecen ante las hazañas de Reinhardt y Cía., en las calles de Berlín. Parlamentarios que habían acudido a negociar la rendición del Vorwärts asesinados, destrozados a golpes de culata por la soldadesca gubernamental hasta el punto de que sus cadáveres eran completamente irreconocibles, prisioneros colgados de la pared y asesinados de tal forma que tenían el cráneo roto y la masa cerebral esparcida: ¿quién piensa ya a la vista de estas gloriosas hazañas en las vergonzosas derrotas ante franceses, ingleses y americanos? "Espartaco" se llama el enemigo y Berlín el lugar donde nuestros oficiales entienden que han de vencer. Noske, el "obrero", se llama el general que sabe organizar victorias allí donde Ludendorff ha fracasado.

¿Cómo no pensar aquí en la borrachera de victoria de la jauría que impuso el "orden" en París, en la bacanal de la burguesía sobre los cadáveres de los luchadores de la Comuna? ¡Esa misma burguesía que acaba de capitular vergonzosamente ante los prusianos y de abandonar la capital del país al enemigo exterior para poner pies en polvorosa como el último de los cobardes! Pero frente a los proletarios de París, hambrientos y mal armados, contra sus mujeres e hijos indefensos, ¡cómo volvía a florecer el coraje viril de los hijitos de la burguesía, de la "juventud dorada", de los oficiales! ¡Cómo se desató la bravura de esos hijos de Marte humillados poco antes ante el enemigo exterior ahora que se trataba de ser bestialmente crueles con indefensos, con prisioneros, con caídos!

"¡El orden reina en Varsovia!", "¡El orden reina en París!", "¡El orden reina en Berlín!", esto es lo que proclaman los guardianes del "orden" cada medio siglo de un centro a otro de la lucha histórico-mundial. Y esos eufóricos "vencedores" no se percatan de que un "orden" que periódicamente ha de ser mantenido con esas carnicerías sangrientas marcha ineluctablemente hacia su fin. ¿Qué ha sido esta última "Semana de Espartaco" en Berlín, qué ha traído consigo, qué enseñanzas nos aporta? Aun en medio de la lucha, en medio del clamor de victoria de la contrarrevolución han de hacer los proletarios revolucionarios el balance de lo acontecido, han de medir los acontecimientos y sus resultados según la gran medida de la historia. La revolución no tiene tiempo que perder, la revolución sigue avanzando hacia sus grandes metas aún por encima de las tumbas abiertas, por encima de las "victorias" y de las "derrotas". La primera tarea de los combatientes por el socialismo internacional es seguir con lucidez sus líneas de fuerza, sus caminos.

¿Podía esperarse una victoria definitiva del proletariado revolucionario en el presente enfrentamiento, podía esperarse la caída de los Ebert-Scheidemann y la instauración de la dictadura socialista? Desde luego que no si se toman en consideración la totalidad de los elementos que deciden sobre la cuestión. La herida abierta de la causa revolucionaria en el momento actual, la inmadurez política de la masa de los soldados, que todavía se dejan manipular por sus oficiales con fines antipopulares y contrarrevolucionarios, es ya una prueba de que en el presente choque no era posible esperar una victoria duradera de la revolución. Por otra parte, esta inmadurez del elemento militar no es sino un síntoma de la inmadurez general de la revolución alemana.

El campo, que es de donde procede un gran porcentaje de la masa de soldados, sigue sin estar apenas tocado por la revolución. Berlín sigue estando hasta ahora prácticamente asilado del resto del país. Es cierto que en provincias los centros revolucionarios -Renania, la costa norte, Braunschweig, Sajonia, Württemberg- están con cuerpo y alma al lado de los proletarios de Berlín. Pero lo que sobre todo falta es coordinación en la marcha hacia adelante, la acción común directa que le daría una eficacia incomparablemente superior a la ofensiva y a la rapidez de movilización de la clase obrera berlinesa. Por otra parte, las luchas económicas, la verdadera fuerza volcánica que impulsa hacia adelante la lucha de clases revolucionaria, están todavía -lo que no deja de tener profundas relaciones con las insuficiencias políticas de la revolución apuntadas- en su estadio inicial.

De todo esto se desprende que en este momento era imposible pensar en una victoria duradera y definitiva. ¿Ha sido por ello un "error" la lucha de la última semana? Sí, si se hubiera tratado meramente de una "ofensiva " intencionada, de lo que se llama un "putsch". Sin embargo, ¿cuál fue el punto de partida de la última semana de lucha? Al igual que en todos los casos anteriores, al igual que el 6 de diciembre y el 24 de diciembre: ¡una brutal provocación del gobierno! Igual que el baño de sangre a que fueron sometidos manifestantes indefensos de la Chausseestrasse e igual que la carnicería de los marineros, en esta ocasión el asalto a la jefatura de policía de Berlín fue la causa de todos los acontecimientos posteriores. La revolución no opera como le viene en gana, no marcha en campo abierto, según un plan inteligentemente concebido por los "estrategas". Sus enemigos también tienen la iniciativa, sí, y la emplean por regla general más que la misma revolución.

Ante el hecho de la descarada provocación por parte de los Ebert-Scheidemann, la clase obrera revolucionaria se vió obligada a recurrir a las armas. Para la revolución era unacuestión de honor dar inmediatamente la más enérgica respuesta al ataque, so pena de que la contrarrevolución se creciese con su nuevo paso adelante y de que las filas revolucionarias del proletariado y el crédito moral de la revolución alemana en la Internacional sufriesen grandes pérdidas.

Por lo demás, la inmediata resistencia que opusieron las masas berlinesas fue tan espontánea y llena de una energía tan evidente que la victoria moral estuvo desde el primer momento de parte de la "calle".

Pero hay una ley vital interna de la revolución que dice que nunca hay que pararse, sumirse en la inacción, en la pasividad después de haber dado un primer paso adelante. La mejor defensa es el ataque. Esta regla elemental de toda lucha rige sobre todos los pasos de la revolución. Era evidente -y haberlo comprendido así testimonia el sano instinto, la fuerza interior siempre dispuesta del proletariado berlinés- que no podía darse por satisfecho con reponer a Eichhorn en su puesto. Espontáneamente se lanzó a la ocupación de otros centros de poder de la contrarrevolución: la prensa burguesa, las agencias oficiosas de prensa, el Vorwärts. Todas estas medidas surgieron entre las masas a partir del convencimiento de que la contrarrevolución, por su parte, no se iba a conformar con la derrota sufrida, sino que iba a buscar una prueba de fuerza general.

Aquí también nos encontramos ante una de las grandes leyes históricas de la revolución frente a la que se estrellan todas las habilidades y sabidurías de los pequeños "revolucionarios" al estilo de los del USP (*), que en cada lucha sólo se afanan en buscar una cosa, pretextos para la retirada. Una vez que el problema fundamental de una revolución ha sido planteado con total claridad -y ese problema es en esta revolución el derrocamiento del gobierno Ebert-Scheidemann, en tanto que primer obstáculo para la victoria del socialismo- entonces ese problema no deja de aparecer una y otra vez en toda su actualidad y con la fatalidad de una ley natural; todo episodio aislado de la lucha hace aparecer el problema con todas sus dimensiones por poco preparada que esté la revolución para darle solución, por poco madura que sea todavía la situación. "¡Abajo Ebert-Scheidemann!", es la consigna que aparece inevitablemente a cada crisis revolucionaria en tanto que única fórmula que agota todos los conflictos parciales y que, por su lógica interna, se quiera o no, empuja todo episodio de lucha a su mas extremas consecuencias.

De esta contradicción entre el carácter extremo de las tareas a realizar y la inmadurez de las condiciones previas para su solución en la fase inicial del desarrollo revolucionario resulta que cada lucha se salda formalmente con una derrota. ¡Pero la revolución es la única forma de "guerra" -también es ésta una ley muy peculiar de ella- en la que la victoria final sólo puede ser preparada a través de una serie de "derrotas"!

¿Qué nos enseña toda la historia de las revoluciones modernas y del socialismo? La primera llamarada de la lucha de clases en Europa, el levantamiento de los tejedores de seda de Lyon en 1831, acabó con una severa derrota. El movimiento cartista en Inglaterra también acabó con una derrota. La insurrección del proletariado de París, en los días de junio de 1848, finalizó con una derrota asoladora. La Comuna de París se cerró con una terrible derrota. Todo el camino que conduce al socialismo -si se consideran las luchas revolucionarias- está sembrado de grandes derrotas.

Y, sin embargo, ¡ese mismo camino conduce, paso a paso, ineluctablemente, a la victoria final! ¡Dónde estaríamos nosotros hoy sin esas "derrotas", de las que hemos sacado conocimiento, fuerza, idealismo! Hoy, que hemos llegado extraordinariamente cerca de la batalla final de la lucha de clases del proletariado, nos apoyamos directamente en esas derrotas y no podemos renunciar ni a una sola de ellas, todas forman parte de nuestra fuerza y nuestra claridad en cuanto a las metas a alcanzar.

Las luchas revolucionarias son justo lo opuesto a las luchas parlamentarias. En Alemania hemos tenido, a lo largo de cuatro decenios, sonoras "victorias" parlamentarias, íbamos precisamente de victoria en victoria. Y el resultado de todo ello fue, cuando llegó el día de la gran prueba histórica, cuando llegó el 4 de agosto de 1914, una aniquiladora derrota política y moral, un naufragio inaudito, una bancarrota sin precedentes. Las revoluciones, por el contrario, no nos han aportado hasta ahora sino graves derrotas, pero esas derrotas inevitables han ido acumulando una tras otra la necesaria garantía de que alcanzaremos la victoria final en el futuro.

¡Pero con una condición! Es necesario indagar en qué condiciones se han producido en cada caso las derrotas. La derrota, ¿ha sobrevenido porque la energía combativa de las masas se ha estrellado contra las barreras de unas condiciones históricas inmaduras o se ha debido a la tibieza, a la indecisión, a la debilidad interna que ha acabado paralizando la acción revolucionaria?

Ejemplos clásicos de ambas posibilidades son, respectivamente, la revolución de febrero en Francia y la revolución de marzo alemana. La heroica acción del proletariado de París en 1848 ha sido fuente viva de energía de clase para todo el proletariado internacional. por el contrario las miserias de la revolución de marzo en Alemania han entorpecido la marcha de todo el moderno desarrollo alemán igual que una bola de hierro atada a los pies. Han ejercido su influencia a lo largo de toda la particular historia de la Socialdemocracia oficial alemana llegando incluso a repercutir en los más recientes acontecimientos de la revolución alemana, incluso en la dramática crisis que acabamos de vivir.

¿Qué podemos decir de la derrota sufrida en esta llamada Semana de Espartaco a la luz de las cuestiones históricas aludidas más arriba? ¿Ha sido una derrota causada por el ímpetu de la energía revolucionaria chocando contra la inmadurez de la situación o se ha debido a las debilidades e indecisiones de nuestra acción?

¡Las dos cosas a la vez! El carácter doble de esta crisis, la contradicción entre la intervención ofensiva, llena de fuerza, decidida, de las masa berlinesas y la indecisión, las vacilaciones, la timidez de la dirección ha sido uno de los datos peculiares del más reciente episodio.

La dirección ha fracasado. Pero la dirección puede y debe ser creada de nuevo por las masas y a partir de las masas. Las masas son lo decisivo, ellas son la roca sobre la que se basa la victoria final de la revolución. Las masas han estado a la altura, ellas han hecho de esta "derrota" una pieza más de esa serie de derrotas históricas que constituyen el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Y por eso, del tronco de esta "derrota" florecerá la victoria futura.

"¡El orden reina en Berlín!", ¡esbirros estúpidos! Vuestro orden está edificado sobre arena. La revolución, mañana ya "se elevará de nuevo con estruendo hacia lo alto" y proclamará, para terror vuestro, entre sonido de trompetas:
¡Fui, soy y seré!


(*) Unabhängige Sozialdemokratische Partei. Partido Socialdemócrata Independiente

sábado, 12 de enero de 2013

INICIATIVA DE CLASE YA ES LEGAL


Desde el 3 de Enero Iniciativa de Clase es ya una asociación legal.

Decíamos en un comunicado anterior en el que informábamos de la presentación de nuestra documentación para constituirnos en el citado tipo de entidad que no sería el Ministerio del Interior, represor de las luchas de los trabajadores, el que nos legalizase sino estos en la medida en que fuésemos capaces de coincidir con sus necesidades e intereses de clase.

No obstante, creemos que ser una organización legal nos facilitará disponer de instrumentos de actuación que favorezcan tanto nuestra intervención política y social como nuestra expansión en tanto que grupo.

A partir de este momento, sólo Iniciativa de Clase está legitimada para hablar en su propio nombre, sin que quepan otras voces que pretendan hacerlo. 



DIRECCIONES DE ORGANIZACIONES SINDICALES


Presentamos un listado de organizaciones sindicales, organizado con un criterio meramente alfabético y sin ninguna otra pauta que el de ser sindicatos de clase.

Los enlaces a esos sindicatos están pensados en términos territoriales y no de rama de actividad. Creemos que éste puede ser un criterio más útil que el de rama, que finalmente tendría que redirigir al trabajador/a a la zona geográfica concreta en que aquél/aquella viva.

Hemos intentado también reflejar las especificidades del movimiento sindical en aquellas Comunidades Autónomas en las que existen sindicatos que no tienen representación en el resto del territorio del Estado español, atendiendo siempre al carácter de sindicalismo de clase.

Esperamos que sea útil a los/las trabajadores.
 

CGT (Confederación General del Trabajo): http://www.cgt.org.es/

Confederación Intersindical (Intersindical): http://www.intersindical.es/ 

CIG (Confederación Intersindical Galega): http://www.galizacig.com/cig/estrutura/territorial

CNT (Confederación Nacional del Trabajo): http://www.cnt.es/directorio

Co.Bas (Comisiones de Base): http://www.cobas.es/


CSI (Corriente Sindical d´Izquierda):  http://www.csi-asturies.org/spip.php?mot56
Confederación Intersindical (Intersindical): http://www.intersindical.es/

CSM (Coordinadora Sindical de Madrid): http://www.coordinadorasindicalm.es/Sindicatos.html


SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores):


UGT (Unión General de Trabajadores): http://www.ugt.es/sedes/sedesugtespana.html

jueves, 3 de enero de 2013

LAS AGRESIONES A LOS TRABAJADORES CONTINÚAN


El gobierno del PP da nuevas vueltas de tuerca sobre el dolor, la miseria y la pobreza que está provocando a la clase trabajadora, y seguirá dándolas hasta que se pase de rosca y acabemos derribándole, hartos de su cruel tiranía antisocial en beneficio del capital.

No contento con las innumerables medidas de “austeridad” que sólo aplica sobre una clase, la trabajadora, y con la rapiña practicada contra nuestras conquistas sociales con el fin de entregárselas como negocio a su clase, la gran burguesía capitalista, el PP ha dado ahora nuevos pasos en una orgía desenfrenada de recortes y planes de derribo de lo poco público que aún queda en pie. 

Después de que el anterior gobierno Zapatero elevase la edad de jubilación ordinaria hasta los 67 años, aunque con un período de transición que culminaría en 2027, cuando se haría plenamente efectivo el nuevo tope de edad, el actual gobierno Rajoy se propone ocuparse ahora de los flecos pendientes. De este modo, ahora se propone pasar de los 61 a los 63 años para las jubilaciones en caso despidos  y de los 63 a los 65 años para las que se producen voluntariamente. ¿Sus argumentos? Los manidos de siempre: la prolongación de la vida laboral es necesaria para garantizar el sistema de pensiones”. Es decir que, según la lógica del gobierno del PP,  en un país con 6 millones de trabajadores en paro, retrasar la entrada al mercado de trabajo, frenando el reemplazamiento generacional de trabajadores mayores, que se han merecido sobradamente el descanso, aunque con unas jubilaciones crecientemente recortadas, supone garantizar el sistema de pensiones. Justo lo contrario de lo que la simple sensatez indica. El objetivo de estos bomberos pirómanos que nos gobiernan es ir provocando el hundimiento del sistema público de pensiones para luego decirnos que ya no se pueden sostener y que nos queda la caridad pública o las pensiones privadas para subsistir en la vejez. Es el mismo criterio que aplican en Madrid o en Catalunya, con CiU, para acabar con la sanidad pública: sabotear su viabilidad arruinándola.

La Asamblea Regional (parlamento regional) de la Comunidad Autónoma de Madrid ha aprobado los presupuestos más austeros en la historia de esta autonomía. Entre ellos destaca el pretendido ahorro de 200 millones, sobre el recorte ya previsto de 533 millones, en la Sanidad Pública Madrileña mediante la privatización de 6 hospitales y 28 centros de salud, cuando es sabido que ésta resulta más cara por paciente. Mientras tanto, un consorcio multinacional sanitario privado llamado Capio (del que son accionistas, entre otros, Rodrigo Rato, el marido de Cospedal o la hermana del Consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha) entra a saco en el sistema regional de salud madrileño y de la Comunidad Valenciana para engordar su cifra de negocios. El lema tan querido por la derecha de “el que quiera salud que se la pague” se está haciendo verdad. Ya son muchos los españoles que ven afectada su salud por los procesos de privatización emprendidos en la sanidad. 

En la reunión del Consejo Interterritorial de Sanidad entre el ministerio del ramo y las Consejerías Autonómicas correspondientes ya se han impuesto nuevos recortes como el pago de las ambulancias por los pacientes, el recorte al cribado neonatal, necesario para detectar enfermedades endocrino-metabólicas en los recién nacidos o el copago de los aparatos ortoprotésicos. Resulta obvio que se pretende penalizar a los enfermos mientras se desmantela el sistema sanitario. Los pacientes de enfermedades raras, por su parte, han visto retirada de la financiación de la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud buena parte de los pocos fármacos de los que actualmente disponen.

Las previsiones de ajustes del gobierno, siempre fiel servidor de los dictados de La Troika, que a su vez actúa de consejera delegada de los grandes capitalistas europeos y mundiales, son de 39.000 millones de € para 2013 y, en un alarde de fiereza recortadora, de 50.000 millones para 2014, lo que junto a los ya efectuados en 2012, superará los 102.000 millones de €. Para que los que conocimos la peseta nos hagamos idea, casi 17 billones de pesetas. Y esto sólo por lo que se refiere al Gobierno central. Si en 2012 el gobierno del PP efectuó ajustes por unos 13.000 millones de €, además de los brutalmente llevados a cabo por las Comunidades Autónomas, de las que depende buena parte de la cobertura social de la población española, y ello ha supuesto una agudización de la crisis capitalista y gran sacrificio y empobrecimiento de los trabajadores, ¿qué grado de devastadora miseria nos cabe esperar si no derribamos a este gobierno y a su amo, el capital, cuando en sólo dos años se nos apliquen recortes por un total de 89.000 millones de € más? 

Nuestra respuesta de clase debe crecer en unidad y en elevación de las luchas:

Tras la huelga general del 14 de Noviembre, las luchas de los trabajadores se han incrementado. La sanidad pública madrileña ha dado un ejemplo de combatividad, no sólo al resto de los sistemas autonómicos de salud del país, sino al conjunto de la clase trabajadora española.

Por su parte la enseñanza en todos sus ciclos ha continuado sus movilizaciones, está vez acompañada de otros sectores como los de la recogida de basuras, del sector de limpieza, del metro y la EMT de Madrid, de los investigadores, los trabajadores de Telemadrid, los de la banca o los de Paradores de Turismo.

Como antes los mineros y en los años 80 del pasado siglo los trabajadores del metal y de la naval, entre otros, los sectores que hoy se levantan frente a los brutales ataques contra nuestra clase son aquellos que se resisten a ser aplastados y a perder las pocas conquistas sociales que tanto nos costó lograr a través de lucha obrera y sindical.  

Ello supone una elevación del nivel de conflicto frente a las políticas antisociales de este gobierno y, aunque de modo aún difuso y débil en la conciencia de clase, también de orientación de las luchas con un perfil crecientemente anticapitalista.

Sin embargo no debemos olvidar que la mayor parte de las huelgas y resistencias de los trabajadores se están produciendo en el agonizante sector público o parapúblico (subcontratas de la administración).

Ello sucede porque la presión del empresariado sobre los trabajadores del sector privado se ha ido haciendo tan intenso mediante chantajes, amenazas, despidos,...-dentro de un régimen de atroz despido libre y ya casi gratuito- que cualquier atisbo de protesta se hace especialmente difícil en las circunstancias actuales.

Pero en INICIATIVA DE CLASE creemos que existen condiciones para elevar el nivel de enfrentamiento general del conjunto de los trabajadores contra este gobierno y su amo, el capital.

No parece que el camino para conseguir este objetivo sea el elegido por los sindicatos en Iberia como tampoco el pacto alcanzado en Paradores de Turismo sobre el alcance de los despidos en la red hostelera. La desconvocatoria hace semanas de la huelga prevista por los sindicatos representantes de los trabajadores de tierra y TCP de Iberia, sustentado en la posibilidad de abrir un diálogo con la empresa y en el deseo de no dañar a los clientes de la compañía muestra dos males sindicales actualmente todavía muy vigentes: el apego, desde hace tiempo injustificado, a un sindicalismo de concertación que el capital ha dado por muerto y un ciudadanismo sindical que proviene de la vieja trampa introducida en el interior del movimiento obrero del supuesto antagonismo entre intereses de trabajadores y de ciudadanos, a pesar de que la gran mayoría de los segundos sean también parte de los primeros. Por el camino actual apenas se logrará en el mejor de los casos compartir sindicalmente la gestión de los daños inflingidos a los trabajadores, ya que si no se experimenta la lucha frontal no será posible saber en qué medida la estrategia de minorizar los daños de las regulaciones y expedientes de empleo y de los descensos de los salarios es más eficaz que el combate decidido contra las agresiones del capital. Sin presión máxima de los trabajadores, allí y cuando se puede ejercer, no hay nada que arrancar al capital porque éste sólo respeta el lenguaje que conoce y él mismo impone, el de la fuerza.

Es necesario superar ya esos viejos vicios de un sindicalismo reformista y sin futuro y apostar por un tipo de protestas y movilizaciones que eleven la capacidad de presión de la clase trabajadora y sean capaces de retirar tanto los continuados EREs de las empresas, muchos de ellos, sin siquiera justificación de problemas de viabilidad de las mismas, como las medidas de salvaje austeridad impuestas por el gobierno del capital, el del PP.   

En los servicios públicos y en el conjunto de las tres administraciones del Estado (central, autonómica y local) hay que ir ya hacia la convergencia de las movilizaciones, convergencia que no debe buscar sólo la multiplicación de la  fuerza en las luchas sino que requiere ser también programática, planteando una propuesta común y global de objetivos frente a las agresiones que colectivamente, pero desde instancias diferentes de las administraciones, se están lanzando frente a los empleados públicos con el fin de mantenerlos divididos en sus luchas.

Mientras tanto, el Estado, en sus diversas administraciones (central, autonómica y local) continúa privatizando servicios a través de la externalización de los mismos hacia empresas privadas.

A su vez, la muerte de los convenios colectivos de rama, una manifestación más del fin del sindicalismo de concertación, ha supuesto una dificultad más para que en el sector privado las empresas más fuertes apoyen con su lucha a las más débiles y ha conllevado una lucha profundamente desigual del trabajo frente al capital en defensa de los derechos del primero. 

Frente a ello deben buscarse alternativas que posibiliten salir de la atomización en las reivindicaciones parciales y de empresa privada y ganar terreno en una unidad de clase más amplia por áreas productivas y de forma general como clase trabajadora.

Las luchas de trabajadores del sector público y privado necesitan converger porque los derechos al trabajo y a un salario digno carecen de futuro sin la defensa del salario indirecto que representan los derechos a unas pensiones decentes y a una sanidad y educación públicas, entre otros. La lucha de los empleados públicos debe pasar a ser una lucha de toda la clase trabajadora en su conjunto, aunque para ello deban buscarse fórmulas imaginativas y ventajosas para que los empleados del sector privado puedan apoyar a los del público.

En lo sindical es evidente que se necesita una reflexión colectiva, más allá de las siglas, capaz de aunar esfuerzos, sin sectarismos ni dogmatismos, en la búsqueda de ideas para los nuevos desafíos que el proyecto liberal de conducir a la clase trabajadora al siglo XIX le plantea a ésta.

Es el momento de que el conjunto del movimiento obrero organizado se plantee el compromiso colectivo de avanzar de forma urgente hacia una Conferencia Sindical que replantee las estrategias a seguir por la clase trabajadora y sus organizaciones con el objetivo de pasar de una posición defensiva a otra de iniciativa en la defensa de nuestros intereses como clase.  

Sin ánimo de sentar cátedra, en INICIATIVA DE CLASE creemos que, como mínimo, sería pertinente que esta Conferencia Sindical se plantease cuestiones como nuevas vías hacia el sindicalismo tras la crisis del modelo de concertación (evitando apriorismos y respuestas fáciles), aprendizajes de luchas que han demostrado capacidad de resistencia en el tiempo (sanidad, trabajadores de UPS) o de imponer el éxito, siquiera parcial, de las luchas (empleados del Hospital La Princesa), escollos a vencer para incrementar la unidad de acción sindical dentro de un escenario organizativamente plural, estrategias para hacer frente a las tácticas del capital y sus gobiernos de creación de intereses divergentes entre los trabajadores, aprendizajes de luchas del movimiento sindical en otros países que afrontan la crisis capitalista, elevación del conflicto de clase más allá de los marcos nacionales y establecimiento de alianzas internacionales del movimiento sindical,...

Los desafíos venideros en los próximos años para la clase trabajadora son gigantescos. La necesidad de su inteligencia, unidad de acción y combatividad también lo son.

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